Como cualquier otro aspecto del currículo, la lectoescritura se trabaja desde los tres años, siempre de una manera lúdica y constructiva, donde los alumnos,  son los que poco a poco van construyendo su propio aprendizaje, respetando siempre el nivel madurativo del alumno, por lo tanto se trata de una educación individualizada. Desde pequeños están en contacto con las letras, para empezar a conocerlas, en el colegio se parte de los centros de interés más próximos a los alumnos. Comenzamos por trabajar el nombre propio por ser lo más cercano, siempre partiendo de las mayúsculas vamos aprendiendo las letras de nuestros nombres. Continuamos con los días de la semana, meses de año, estaciones, nombres de los amigos, nombres de los padres y  madres, y de manera progresiva,   se va ampliando el vocabulario. Una vez reconocidas las mayúsculas trabajamos con otro tipo de letra.

Ya en cinco años, se comienza a trabajar un método específico de aprendizaje lecto-escritor, en nuestro caso se trata de un método global,  que combina la palabra global con las sílabas, siempre contado con el apoyo de la imagen para que resulte fácil su reconocimiento.

En cualquiera de los niveles, se le da, la máxima importancia a fomentar la comunicación, la expresión y el lenguaje ya que es prioritario,  que los niños aprendan a hablar y a comunicarse correctamente,  para que puedan iniciarse en el aprendizaje de la lecto-escritura.

El colegio cuenta con una profesora,  que trabaja con los alumnos que tienen alguna dificultad en la pronunciación, realizando con ellos actividades que les ayuden.